Tampoco importaba la hora ni el lugar para vender uniformes y gorros de algunos equipos de fútbol para los menores de edad sobre todo del Atlas Guadalajara y América. Otro renglón los vendedores de llaveros con la fotografía del cliente también hacían su lucha aunque no con la misma suerte de quienes ponían en la mejilla la frase viva la Virgen y su imagen con pintura blanca. Aparte el festejo futbolero entrelazándose con la añeja tradición de la llevada de la Virgen.
Pero hubo quienes no estuvieran muy convencidos de ello y prefirieron que las pintaran el rostro de algún cantante actor o animal, este último no perteneciente al género humano los grandes sombreros que cubren casi toda la cara y con la leyenda viva de México eran de los más comunes en la festividad que se vivía en Zapopan, menores y adultos lo traían, aunque algunos quisieron una cachucha de algún equipo de béisbol.
Casi todos parecían disfrutar la ocasión, salvo aquellos que se negaban constantemente con los hijos o el marido que no expresaba el suficiente entusiasmo de estar en el lugar, no obstante, varios se preocupaban por cuidar a la madre o a la abuela.
Los jardines externos de la presidencia municipal Zapopan a fueron borrados prácticamente por familias completas punto y coma sirvieron de todo, de cocina, comedor, de diversión y porque no, de cama, pues muchos se quedaron dormidos.
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