La competencia del sistema inmunitario para enfrentarse a las infecciones y el cáncer disminuye después de una borrachera, según una investigación de la Universidad de Tel Aviv cuyas conclusiones se han presentado en la edición de abril de la revista “Nature Medicine”.
Este efecto se atribuye a que el alcohol inhibe la actividad de unas células llamadas NK —las iniciales inglesas de “natural killer”, asesino natural—, que se encargan de destruir células 1umorales o infecciosas.
La investigación ha consistido en inyectar células tumorales a ratones de experimentación, algunos de los cuales habían recibido poco antes inyecciones de alcohol.
Al término de la investigación, los anima les que habían recibido alcohol tenían diez veces más tumores que los que sólo habían recibido las células cancerosas. Se trata del primer estudio que demuestra en animales el efecto del alcohol sobre el desarrollo del cáncer, algo que hasta ahora sólo se había estudiado en cultivos celulares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario