miércoles, 8 de marzo de 2017

No solo el vino, reduce el riesgo de sufrir un infarto

Un estudio norteamericano demuestra que el efecto protector del vino se debe principalmente al alcohol que contiene, y no a otras sustancias como los taninos.



Beber alcohol con moderación es beneficioso para el corazón independientemente de la bebida que se tome, según ha revelado una investigación realizada en la prestigiosa Escuela de Salud Pública de
Harvard (Estados Unidos). Beberlo en exceso es nocivo para el conjunto del organismo, también independientemente de la bebida que se tome.

La investigación ha consistido en comparar 25 estudios realizados anteriormente, que a veces habían llegado a conclusiones divergentes, sobre la relación entre consumo de alcohol y salud cardiovascular. Tras analizar con lupa la metodología utilizada en estos 25 estudios, los investigadores norteamericanos rompen con la extendida idea de que el vino protege más el corazón que el resto de bebidas alcohólicas. En efecto, su trabajo demuestra que e! principal efecto protector del vino se debe precisamente al alcohol y no a otras sustancias como los taninos. Los detalles de la investigación se han presentado en la revista “British Medical Journal”.

“Hicimos este trabajo porque habíamos visto que diferentes estudios que analizaban la misma cuestión llegaban a conclusiones distintas y no estábamos convencidos de que lo que se dice siempre, que el vino es mejor para el corazón que el resto de bebidas alcohólicas, fuera correcto”, ha declarado en entre vista telefónica Eric Rimrn, director de la investigación. Tras analizar los 25 estudios, los
investigadores han comprobado que gran parte de ellos destacan el vino como la bebida más beneficiosa para el corazón. Pero se trata en su mayoría de “estudios en los que se rda ciona el consumo de alcohol con la mortalidad cardiovascular en el conjunto de una población”, explica Rimm. En cambio, los estudios en los que se relaciona el consumo de alcohol y la salud cardiovascular de personas concretas arrojan resultados más ambiguos.

“Los estudios de casos individuales son más precisos que los de poblaciones enteras”, afirma Rimm.

Entre las limitaciones de los estudios de poblaciones enteras, los investigadores destacan
que sus resultados pueden estar sesgados por variables que no se tienen en cuenta. “En algu
nos países —escriben en el British Medical Journal’—, una peque?ía parte de la población
puede consumir una proporción elevada de un tipo concreto de bebida, por lo que el con
sumo medio por habitante es una medida imprecisa (...). Lo que parece un consumo mode
rado si se tiene en cuenta el consumo diario medio por habitante puede enmascarar un
consumo excesivo por parte de un porcentaje reducido de la población. En países como Es
tados Unidos, los consumidores de vino tienden a tener un estatus socioeconómico más
elevado, un estilo de vida más saludable y mejor acceso al sistema de salud” que el conjunto
de la población, por lo que es lógico que tengan un menor riesgo de muerte por infartó.

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