miércoles, 22 de marzo de 2017

Los molinos eléctricos y el vino del Priorat

—Los molinos de producción eléctrica ¿no influirán en la producción de vino?
—Entiendo que no.
—Pero ¿usted ve en los parques eólicos una amenaza para su proyecto vinícola?
—No me opongo a cualquier forma de producir energía sin efectos negativos para el ecosistema. Me opongo a la invasión estética- Me preocupa cuando se pierde la sensibilidad y el respeto a los volúmenes geológicos emblemáticos, como la sierra del Montsant o la de la Mola. Se va demasiado lejos.
— ¿Es una cuestión de gusto personal?
—No es sólo romanticismo. En mi caso hemos creado unos vinos considerados entre los mejores del mundo. Por ello aquí vienen de visita periodistas, compradores, grandes coleccionistas de vinos de culto, de lujo. Es gente de Europa, de América, de Canadá, de Japón... que tiene una gran sensibilidad. Valoran tanto el vino en sí como el entorno donde ese vino se hace. Yo llevo a estos señores a nuestro viñedo de L'Ermita —vino emblemático de la casa y quizás de España— y les explico las condiciones microclimáticas que caracterizan la personalidad de este vino. Si justo enfrente nos encontramos una multiplicación de ventiladores afectando el impacto ambiental y estético de este viñedo y su entorno geológico, histórico..., esa omnipresencia que existe en el Priorat debido a la historia monacal..., con estos señores caeremos en el sarcasmo. Los molinos serán el chiste de la presentación, y se puede empezar a perder la seriedad que impone la envergadura natural de la zona, y la seriedad con que nosotros trabajamos.
— ¿Una estrategia de desarrollo de la comarca es incompatible con la otra?
—No estoy en contra que en ciertas colinas sin representatividad se haga un parque eólico. La comparación debe hacerse como si llenaran Montserrat de hélices. El antiguo viñedo del Priorat tiene un valor patrimonial incalculable. Me da miedo la falta de sensibilidad. Sólo se prima el presente, el pelotazo.
—El vino aún puede dar más al Priorat?
—Si se cuida un poquito, la gente no sabe dónde se puede llegar en el reconocimiento de los grandes vinos, en cotización, influencia social y económica, prestigio...
— ¿En qué momento estamos del camino, que tiene por delante el vino del Priorat?
—Hemos comenzado con la filosofía más acertada y nos podemos encontrar en la primera cuarta parte del camino. No nos podemos emocionar por el reconocimiento que hemos tenido. El vino exige tiempo.
— ¿Cuál es el objetivo?
—Que el Priorat llegue a considerarse como una zona de vinos clásicos en el mundo, De grandes vinos de élite. Es un objetivo muy ambicioso y es lo que la zona se merece. Pero al consumidor hay que encantarlo cada año. Y es el más exigente, el de los vinos de lujo. Para ello hay que mejorar la técnica, pero también la filosofía, y allí entra la conservación del paisaje histórico de este vino.
— ¿Cómo está la cosecha de este año?
—Muy bien. La primavera, muy lluviosa y soleada, ha dado un gran desarrollo de la vegetación y de la fruta, con gran equilibrio desde el punto de vista de la cantidad de uva.
Después ha venido el verano muy seco, donde se ha autodefinido la planta en armonía, encontrándonos con la lluvia del pasado fin de semana que ha refrescado y potenciado las tierras para aguantar, si se da el caso, un agosto seco. Si no llueve hasta setiembre, será una típica cosecha de vinos concentrados, robustos, pero expresivos y elegantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario